Ya no vuelvas

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En algún rincón recuperaras trozos dispersos de vos

Seguramente ahí se anidan tus más cálidos signos.

En el aire perduraran todavía, retazos perceptibles de tus anhelos,

lograrás identificarlos, vendrán a ti, con solo uno de tus gestos,

revisa, pon de ti esa sutil perspicacia que te trajo hasta aquí,

entre los restos de tu jardín, debajo de los lirios que dejaste morir,

en esa huida que dejó solo destellos de lo que fuiste.

Resto de tu vajilla amontonada sobre la mesada, una copa rota, residuos de vida,

que jamás será enmendada.

Déjate estar, ¿por qué resistirse? quédate un rato, ellos te reclamaron por años,

hoy rencorosos de tu alivio, de tu atónita desidia, de tu desapego.

Todos se preguntan, ¿a qué vino? si en ella ya no queda rastro de lo que fue.

Que la trajo hasta acá, solo objetos sin uso, desechos, solo musgo queda de nosotros,

dilapidados por el desamor, la tristeza y ese oscuro, repelente código del olvido,

¿Qué la trajo? cree entender, la trajo ese dolor punzante que persiste ansiando cada mañana el final.

La trajo el miedo, la soledad, esa mezquindad, avaricia de quererlo todo para sentirse luego que está vacía.